En 1972, después de casi un siglo de trabajo y pasión, la fábrica de pasta cerró sus puertas por problemas familiares pero sobre todo por la muerte de Giuseppe Sarubbi, ocurrida el año anterior, el 26 de octubre de 1971. La tradición, sin embargo, continúa viviendo en la gente de Stigliano, transmitiéndolo de generación en generación.